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A las 6 y pico

Yusuf

Llovía, en el desierto llovía, en poca cantidad pero constante. Un pueblo nómada avanzaba por aquel pedregoso lugar. Yusuf, el patriarca del errante pueblo dirigía a su gente al este, para huir de los recién llegados cristianos, una invasión en toda regla, acababan de conquistar Jerusalén y mataban a todo musulmán presente, así que Yusuf decidió huir con su familia a una tierra lejana donde vivían unos primos suyos. Yusuf era pacífico, solo quería libertad, por eso se fueron.

Apenas permanecían miembros de su familia con vida, acababa de morir un niño de los pocos que quedaban con vida, era su nieto, a sus hijas las mataron, los cristianos la violaron y mataron excusando que era en el nombre de dios. Sólo escaparon al ataque nocturno de dos noches antes él, el niño recién muerto, un hombre y cuatro ancianas mujeres. El primer día habían salido junto a él veinticinco personas. Yusuf, era un anciano fuerte, pero desde la pérdida de sus hijas ya no quería vivir. Yusuf cayó de rodillas, una de las ancianas lo intentó agarrar, pero él lo impidió y pidió al grupo que continuase sin él, no creía que llegase mucho mas lejos, sólo iba a enlentecer la marcha, así que allí quedó, tumbado boca arriba, con los ojos cerrados, moviendo los labios, parecía que oraba, su blanca barba se mecía mientras su turbante reposaba sobre su raída túnica.

Dos noches antes, a altas horas de la noche, amaneciendo ya, por la ladera que estaba comenzando a surgir el sol, un grupos de caballeros habían corrido hacia ellos con las espadas desenvainadas y al grito de por dios y viva dios cargaron sobre el inofensivo grupo, mientras mataban a mujeres, niños, ancianos y los pocos hombre en edad de luchar.

Yusuf, enardecido, había enarbolado su largo cayado y comenzado a apalear a un cristiano como bien pudo, pero él ya no era el de antes, alguien le golpeó en la nuca, haciéndolo caer inconsciente. Unos minutos después despertó, casi sin abrir los ojos por miedo a que los soldados le viesen, Yusuf se percató de que uno de sus nietos estaba junto a él, lo agarró y le dijo en un murmullo que se hiciese el muerto, para que no lo viesen, su nieto tenía una fea herida en la pierna.

De repente un soldado trajo una decena de mujeres jóvenes, entre ellas sus dos hermosas hijas, y había visto impotente como los soldados las torturaban y violaban antes de matarlas; inmediatamente después, cogieron lo poco de valor que tenían y se marcharon. Yusuf había encontrado con vida a los pocos que guió durante dos días más.

Tras recordar esto, Yusuf falleció, llorando por sus hijas le dio un fuerte  dolor en el pecho y murió. Su grupo comenzó a morir pocos días después por las penurias del desierto, sólo el hombre joven consiguió sobrevivir, pero como un errante pobre que se pudrió en alguna perdida ciudad y con la tristeza de no haber muerto con su familia…

5 comentarios

Bernal -

No, ningun comentario es tuyo Nofret, muchas gracias por releerlo.

Un saludo

NOFRET -

Un gusto releer tu texto, Bernal, que nos muestra la antigüedad vista con ojos modernos, abiertos. Me gustan tus textos revisionistas.
Hacía un tiempo que no entraba y estoy algo perdida, figuran tres comentarios a este texto, pero no los veo.
En fin, si uno de esos tres era mío no lo recuerdo, porque ya había leído el texto (será doble comentario) ;)
Besos!

Daniel -

Si, llevas razón felipe, la religión ciega a los humanos, haciendo que estos cometan crimenes contra la humanidad.
saludos

felipe -

Siempre será importante recordar la historia de Yusuf, siempre con la espernaza que un día seamos mas tolerantes, menos sectarios, más humanos.

Bernal -

El texto ``Yusuf´´ es como un segundo recordatorio de las falsas glorias y hazañas del hombre, ``Yusuf´´ narra las fechorias cometidas a los musulmanes en ``tierra santa´´ en época de las cruzadas, y ``Juh´´ narra las atrocidades contra los indios norteamericanos.
Un saludo.